El 14 de octubre, día Mundial de la Diabetes, nos llama a reflexionar. Sabemos que existen hábitos aliados para una buena salud, y por eso queremos fomentar el ejercicio desde el punto de vista del juego, ya que es lo que en iKuNi mejor sabemos hacer… ¡Jugar!
Según la Fundación para la Diabetes, entre los múltiples beneficios del ejercicio regular, encontramos un mejor control glucémico. Es importante que el ejercicio sea adecuado para cada edad, y se recomiendan especialmente los ejercicios de tipo aeróbico, que favorecen la circulación sanguínea. Si hubiera diagnóstico de diabetes o alguna enfermedad, sería importante acordar el tipo y cantidad de ejercicio con un profesional, para evitar consecuencias no deseadas.
Para una infancia feliz y saludable, es importante brindar tiempo y espacio para el juego en movimiento.
Esto que parece una obviedad, no lo es tanto. Si los niños y niñas tienen acceso continuo e ilimitado a la tele, compu, o Tablet, es probable que acaben viendo dibujitos o jugando videojuegos durante horas, creciendo su interés por el mundo virtual al tiempo que declina su interés hacia el ejercicio y el movimiento. No sería extraño que luego de dos o tres horas frente a la pantalla, la sola idea de tener que buscar un vaso de agua les genere pereza. Podemos encontrar más info en el artículo ¿Cero tecnología es mejor para la salud?
Como propuestas fáciles de implementar, empezamos con la idea de limitar o regular el tiempo frente a la pantalla. Esto debe ir acompañado de una alternativa igual o más interesante, porque de lo contrario sería una lucha continua. A continuación, dejamos algunas sencillas ideas para propiciar el movimiento y el ejercicio a través del juego.
Una exploración muy activa
Desde el jardín de la abuela, hasta un recorrido por el barrio. Los bebés y niñ@s pequeños, tienen una curiosidad innata por descubrir el mundo, sólo necesitan que los acompañemos, para velar su seguridad y facilitarles lo necesario.
Entrando en la edad de la fantasía, esos escenarios ya conocidos, se pueden convertir en una aventura por la selva, la exploración de un planeta desconocido, una aventura de piratas… el límite lo pone la imaginación, y, como adultos, podemos ir regulando el proponer o el dejar ser, según la necesidad de cada niño o niña.
Cuando comienzan a perder interés por los mundos imaginarios, podemos invitarles a recorrer “aquel barrio”, “aquella calle” o “esa plaza” desconocidos, incluso con actividades más arriesgadas para las cuales hayan desarrollado habilidades, como trepar, escalar, hacer equilibrio, deslizarse sobre ruedas… que provocan emoción e interés.
El juego compartido es más movido
Me asomo por detrás de la pared y le hago muecas. Me ve y se ríe. Me escondo y me asomo. Viene a buscarme. Salgo corriendo. Me persigue. Correteamos por la casa. Desde los juegos de esconderse y buscar en la primera infancia, hasta los deportes de equipo, la interacción social es un factor clave en el Juego en Movimiento. De a dos o de a muchos, dinámicas entre pares o juegos entre peques y adultos…
El juego compartido toma muchas formas, pero en todos los casos se establecen relaciones, se comparte un lenguaje (verbal o no verbal) y su mirada oscila entre el propio movimiento y el de su entorno.
¿Ideas? Anotarles en un deporte, club o colonia de vacaciones. Propiciar reuniones con compañeros o vecinos. Proponerles deportes de equipo. Llevarlos a grupos de acampe. Organizar jornadas o salidas al aire libre con familiares.
La clave está en proponer, en facilitar, en buscar actividades atractivas. Entender que si no le gustó el deporte que a nosotros nos encanta, o se sintieron incómodos en un grupo, ya encontrarán otra actividad u otros compañeros que sean de su agrado. Es bueno observar, escuchar sus necesidades y probar distintas opciones.
Creando variedad de desafíos
El ejercicio puede ser aburrido si es percibido como tal. Los niños y niñas buscan constantemente superar sus propios límites, y perderán interés si siempre tienen que lanzar esa pelota a ese aro o saltar aquel obstáculo.
Los ejercicios y juegos de movimiento pueden ser reinventados y revalorizados con una pizca de imaginación.
La popa, las escondidas y el quemado están muy bien, y sin duda podrán ser útiles una y otra vez. Pero también es importante que investiguemos otras ideas, a veces sólo un pequeño cambio puede crear un juego totalmente nuevo.
Tener a mano distintos materiales, facilita un juego más rico y completo. Vienen objetos y elementos creados específicamente para tal fin, como conos, arcos, aros, túneles plegables y mucho más. Incluso parte del juego puede ser inventar el propio juego.
Si no contamos con gran presupuesto, seguramente tengamos a mano una sábana, un almohadón, una soga, una jarra de plástico, una caja de cartón… cualquier objeto del hogar puede convertirse en un elemento de juego magnífico con un poco de imaginación.
Incluso los muebles, como la cama, una mesa o algún sillón pueden ser la base de una pista de obstáculos, arcos o estructuras base de nuestros juegos.
Si leímos hasta aquí, comprenderemos que el presupuesto o el espacio que tengamos no deberían ser impedimentos para el juego en movimiento. Sólo hay que darle al ejercicio y a los hábitos de salud la importancia que merecen. Luego, con un poco de creatividad y un poco de atención, podremos fomentar hábitos divertidos y saludables, no sólo para prevenir enfermedades, sino también para un desarrollo pleno en todos los aspectos posibles.