Se acercan las fiestas, se termina el año, estamos a mil y tenemos que comprar los regalos ¿A quién no le pasó entrar a una juguetería y abrumarse ante una sobrecarga de información? Una explosión de colores, materiales, marcas… y en esta época del año, sumamos a lo anterior una maratón de personas apurando el paso para meter algunas cosas en su canasto, comprar, y seguir hacia otro local… ¿Les suena?
Momento para respirar hondo, aflojar el paso, y tomar consciencia de qué estamos haciendo. Probablemente, muchas de las personas que nos leen, ya estén buscando o hayan encontrado alternativas a este caos de fin de año. En cualquier caso, queremos indagar un poco en este tema de los regalos, que a veces damos por sentado porque “hay que regalar”, pero… ¿Nos paramos a pensar por qué hay que regalar? ¿Qué cosas regalamos? ¿Y para qué?
En culturas antiguas, los regalos eran ofrendas de agasajo, buena fortuna y protección espiritual. Tenían estrecha relación con las creencias religiosas y rituales de cada comunidad. Hoy en día, se conserva algo de este espíritu antiguo, la intención de dar con un espíritu de entrega, de generosidad, para brindar felicidad y buenos augurios a quien recibe. Por otro lado, se entrecruzan otros sentimientos no tan bonitos, como el miedo de que mi regalo sea peor que el del otro, no estar a la altura de las expectativas, incluso regalar a quienes no deseamos por sentirnos presionados socialmente… Y por supuesto, el tema del dinero y el presupuesto, que empieza a zumbar en nuestra mente… y a veces, no hay aguinaldo que alcance.
Nuestra intención no es tirar malas energías, si no, por el contrario, poder reflexionar y abordar la cuestión con una visión mucho más positiva y cercana a nuestros verdaderos sentimientos. En lo que regalar a bebés, niños y niñas se refiere, conocemos el típico cliché de que “juegan más con la caja o el envoltorio que con el regalo que salió carísimo”. En la mente de un adulto produce una mezcla de gracia y disgusto, pero en la mente infantil tiene toda la lógica del mundo. A ellos no les importa “cuánto salió”, sino qué posibilidades les brinda para crear y experimentar.
Una caja puede ser una casa, una cueva, un auto, una muralla, o lo que quieran que sea. Un camión hiperrealista con luces y muñequitos que ofrece toda la historia masticada, puede ser muy atractivo en un principio debido a la experiencia sensorial, pero será sólo eso, el mismo camión, que, con el tiempo, ya no resulta tan divertido. Pronto ahondaremos más en este tema, en el artículo ¿Cómo elegir el mejor juguete para regalar?
En el momento de la verdad, hay que preguntarse para qué regalamos a los peques… ¿Para ser las y los mejores? ¿Para compensar el tiempo que sentimos que no les dedicamos? ¿Para quedar bien con los padres, vecinos, amigos? ¿O para entregar algo que los haga felices, no sólo en el momento de abrirlo, si no durante un tiempo más, que los acompañe en el desarrollo, que les de oportunidades de desplegar su creatividad, sus habilidades, de interactuar con otros niñas y niños? Si están leyendo esto, es probable que abracen la última opción. Ojo, no juzgamos las otras posibilidades. Son tan válidas como la última. Lo importante es ser conscientes de ello, y no engañarnos. Si asumimos nuestros motivos para regalar y nos sentimos bien con ellos, adelante, sean cuales sean.
Nuestra propuesta es regalar desde el corazón, y para el corazón. Suena muy cursi, pero no significa otra cosa que regalar a quién verdaderamente quiero, lo que verdaderamente necesita. Y esto puede ser un abrazo, una foto, una manualidad, un juguete didáctico o el querido camión con luces. En iKuNi, creemos que lo importante es aportar algo positivo a los demás, a la sociedad, al mundo. Suena un poco idealista, pero en cada pequeña decisión de consumo reflejamos nuestros valores. Y los transmitimos a quien vende, a quien recibe, a quien observa. Acá van nuestras propuestas:
¿POR QUÉ REGALAR?
Porque nos hace felices
¿QUÉ REGALAR EN ESTAS FIESTAS?
Experiencias. Salidas. Tiempo compartido.
Abrazos y besos.
Objetos sustentables, amigables con el medio ambiente.
Juguetes lindos y de buena calidad.
Regalos que contribuyan a la economía local, que ayuden a artesanos o pequeños comerciantes.
Paquetes con poco envoltorio y con envases biodegradables o de material reciclado.
¿PARA QUÉ REGALAR?
Para proponer una experiencia creativa
Para facilitar el desarrollo y aprendizaje
Para transmitir valores positivos
Para jugar libremente
Para jugar juntos